23 de septiembre de 2011

JULIE Y JULIA (2009). Nora Ephron. Comedia. Jóvenes. ***. DVD.

Julia fue la mujer que cambió la forma de cocinar de los Estados Unidos. Sin embargo, en 1948, Julia Child era simplemente una norteamericana viviendo en Francia. El trabajo de su marido los llevó a París, y el infatigable espíritu de Julia anhelaba tener algo que hacer. Medio siglo más tarde, Julie Powell está atascada. Cerca de los 30, vive en Queens y trabaja en un cubículo al tiempo que sus amigas tienen un apabullante éxito; para focalizar sus energías Julie decide dedicarse un año exacto a cocinar las 524 recetas que componen el libro “Mastering the Art of French Cooking” de Julia Child, y escribir un blog con sus experiencias. Cinemanet.

La película se deja ver, pues su tono general es amable y el terceto protagonista excelente. Además, tiene cierto interés comprobar en pantalla el importante papel que pueden llegar a desempeñar los esposos para lograr el equilibrio vital. Por otra parte, me ha parecido muy significativo el contraste entre expresarse mediante la publicación de un libro -Julia-, y las enormes dificultades que dicho proceso puede llegar a entrañar, frente a la facilidad que hoy día ofrece internet y el fenómeno de los blogs -Julie-.

Por lo demás, la película resulta algo reiterativa, pues gira casi en exclusiva alrededor de la cocina con algún que otro desahogo de dudoso gusto. No obstante, el balance general puede considerarse positivo, con una adecuada valoración del matrimonio y de la necesidad de perseverar para llegar a la meta.


Tras el éxito de Algo para recordar y Tienes un e-mail, y el fracaso de Embrujada, Nora Ephron logra su mejor película con Julie & Julia, adaptación del libro homónimo de Julie Powell, y de My Life in France, de Julia Child y Alex Prud’homme. En ella, la guionista y directora neoyorquina deja a un lado el feminismo radical, y articula una sugerente apología del matrimonio y de la complementariedad entre los dos sexos, latente en aquel viejo aforismo: “Detrás de un gran hombre siempre hay una gran mujer”, desarrollado aquí en sentido inverso: “Detrás de una gran mujer, siempre hay un gran hombre”. Este enfoque, a contracorriente de la ideología de género, se refuerza con un sutil acercamiento al ansia natural de maternidad y paternidad, y con unas divertidas reflexiones sobre la comida como ámbito de creatividad y caridad. JJ Martín, La Gaceta (Cinemanet).

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