El más veloz de los coches carrera, Rayo McQueen, y su inseparable amigo Mate, cruzan el océano para hacer realidad el nuevo sueño del coche rojo: ganar en el primer Grand Prix Mundial y coronarse como el vehículo de carreras más veloz del mundo.
Sin embargo, tras cruzar el charco, el camino hacia el campeonato se convierte en un trayecto repleto de baches, causados por la implicación de Mate en un misterioso caso de espionaje internacional, tras ser confundido con un agente americano encubierto. Así pues, éste se enfrenta a la difícil tesitura de ayudar a su mejor amigo en la carrera para que pueda alzarse con el ansiado premio o, por el contrario, continuar con su misión de espionaje.
Sin embargo, tras cruzar el charco, el camino hacia el campeonato se convierte en un trayecto repleto de baches, causados por la implicación de Mate en un misterioso caso de espionaje internacional, tras ser confundido con un agente americano encubierto. Así pues, éste se enfrenta a la difícil tesitura de ayudar a su mejor amigo en la carrera para que pueda alzarse con el ansiado premio o, por el contrario, continuar con su misión de espionaje.
Por su parte, para convertirse en el más rápido del mundo, Rayo McQueen deberá correr en diferentes circuitos. Tokyo, la Selva Negra Alemana, la imaginaria ciudad ficticia Porto Corsa en Italia (inspirada en el circuito de Monte Carlo), París, donde tendrá que correr durante 24 horas simulando el circuito de Le Mans, y Londres le esperan.
Es un poco difícil entender por qué un genio como Lasseter puede llegar a obsesionarse con una película que es, con mucho la peor de su gloriosa carrera. Pero él insiste y estrena Cars 2, que es peor que la primera y se gana por derecho propio el título de peor película de Pixar. La animación es maravillosa y la música y los colores y el 3D... y todo lo que queramos... pero la historia es deleznable, una cosita indigna de la grandeza de Pixar, episódica, sin ingenio, sin chispa. Hemos dicho y escrito mil veces que hay pocas cosas más interesantes que equivocarse con estilo. En este sentido, Cars 2 es un paradigma. Fila Siete.
Cars 2, ahonda en los defectos narrativos y dramáticos de su antecesora, y le quita el puesto en la parte más baja de los largometrajes pixarianos. Nada cabe reprochar de la impresionante animación de Cars 2, enormemente expresiva y muy espectacular en las numerosas secuencias de acción, muchas de ellas con cientos de personajes en escena. Incluso merecen un rotundo aplauso sus antológicos fondos... El problema es que todo este despliegue audiovisual tiene un alma muy pequeñita por culpa de un guión demasiado episódico, con un esqueleto frágil y una excesiva acumulación de gags deshilvanados. JJ Martín, Cope (CINEMANET).
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