Vale la pena recuperar la última versión cinematográfica de este clásico de Charles Dickens. Está dirigida por Robert Zemeckis y es un auténtico espectáculo visual, aspecto cuidado al máximo. En este sentido, la recreación del Londres de principios del siglo XIX merece un sobresaliente. Pero es que, además de sus valores cinematográficos, el mensaje de Cuento de Navidad es tan actual hoy como en la época en que fue escrito. Una reflexión sobre lo efímero de la vida y llamada de atención sobre las circunstancias que la hacen fecunda y plena, o estéril y vacía. La proliferación de secuencias oscuras y fantasmagóricas quizás aconsejen un público no demasiado infantil. Además, echamos en falta una mayor naturalidad en los movimientos de los personajes.
Ebenezer Scrooge (JIM CARREY) comienza las navidades haciendo uso de su habitual mezquindad, gritando a su fiel empleado (GARY OLDMAN) y a su alege sobrino (COLIN FIRTH). Pero esa misma noche los fantasmas de las Navidades Pasadas, Presentes y Futuras se presentan en su habitación para llevarle a un viaje en el que tendrá que enfrentarse a una realidad que no quiere ver. Entonces el viejo Scrooge tendrá que abrir su corazón e intentar arreglar todo el mal que ha hecho antes de que sea demasiado tarde.
El guión es muy fiel al espíritu del relato original, sobre todo en su lúcida crítica al materialismo hedonista y en su emotiva exaltación de una solidaridad abierta a la trascendencia y asentada sin complejos en la caridad cristiana. Además, la película resuelve las secuencias de ambientación y los pasajes oníricos con una gran espectacularidad. Elogio aparte merece la sinfónica banda sonora de Alan Silvestri. Queda así una brillante producción para toda la familia, muy apropiada en estas fechas. CINEMANET.
Más información en decine21.
Entradas
0 comentarios :
Publicar un comentario