3 de marzo de 2010

LA DILIGENCIA. John Ford. Western

Este magnífico western dirigido por el maestro John Ford en 1939, considerado uno de los títulos más importantes de la historia del cine, cuenta con un excelente reparto encabezado por John Wayne, Claire Trevor y Thomas Mitchell.

Diferentes personajes se reúnen en una diligencia para un largo y duro viaje entre Tonto y Lordsburg. Un cochero simpático y parlanchín, una prostituta a la que han echado del pueblo, un caballero del sur reconvertido en jugador profesional, un médico alcohólico, un vendedor de whisky, la mujer embarazada de un militar, el sheriff Buck y un banquero ladrón. Por el camino se les unirá Ringo Kid, que ha huído de la cárcel y busca vengarse de los asesinos de su hermano.

Las relaciones entre un grupo tan variopinto serán difíciles y tensas. El momento de máximo peligro será cuando en medio de una llanura sean atacados por una partida de indios apaches.

Es una suerte que gracias a las continuas reediciones en DVD podamos disfrutar de películas como esta. Se trata de uno de los western más emblemáticos de John Ford (1895-1973), considerado uno de los más grandes directores de todos los tiempos. De hecho, el profesor Caparrós (Historia del Cine Mundial, RIALP) afirma que fue el más destacado director del cine americano; pues John Ford forma con Chaplin y Eisenstein la tríada de grandes genios de la cinematografía mundial. De religión católica y origen irlandés, fue un autodidacta que cultivó como nadie el western, cuya influiencia se ha dejado notar en otros autores. (...) La unidad forma-contenido nunca fue tan completa como en la obra fordiana. Quizá porque no había divorcio en sus ideas: convicciones personales y arte fueron uno.

En La Diligencia observamos una perfecta caracterización de los personajes; son seres de carne y hueso, auténticos, con sus luces y sus sombras. La puesta en escena está cuidada en los más mínimos detalles, rodada en los grarndiosos exteriores de Monument Valley y logrando cosas tan difíciles como transmitir el micromundo claustrofóbico que se crea en el interior de la diligencia durante el viaje, ese cruce de personas de distinta extracción social, con motivaciones muy diferentes y sentimientos encontrados. O en la antológica persecución de los apaches, en una carrera frenética por librarse del ataque a través de la inmensa llanura texana.


Este grupo variopinto de personas, que nada tienen en común, no tendrán más remedio que unir sus fuerzas y apoyarse mutuamente cuando sean atacados por los apaches y sus vidas corran serio peligro. Y serán precisamente el médico borracho, la mujer de la vida y el fugitivo, quienes muestren una mayor disposición hacia los demás. Circunstancia de clara resonancia evangélica. Parece que Ford realiza una parábola sobre las señas de identidad de la auténtica justicia, contraponiendo la generosidad y soliaridad de unos peresonajes frente al egoísmo y la mezquindad de otros. La auténtica grandeza de alma reside precisamente en los pequeños y marginados de este mundo.

La película obtuvo dos Oscar de la Academia (Mejor Actor Secundario para Thomas Mitchell y Mejor Banda Sonora) y siete Nominaciones, entre ellas a la Mejor Película, honor que le fue arrebatado por otro título mítico: Lo que el viento se llevó.

Año de producción: 1939. País: Estados Unidos. Director: John Ford. Intérpretes: John Wayne, Claire Trevor, Andy Devine y Thomas Mitchell. Público: Jóvenes. Género: Western.

2 comentarios :

Cesar dijo...

Cuando el sheriff le dice a Ringo Kid que se quite los tirantes y sujete la parte delantera de un tronco a la diligencia, para cruzar el rio. En ese momento el conductor de la diligencia le dice "Lo siento por tu silla Ringo" y la tira al rio, para aligerar peso. Pero la silla lleva el lazo colgando del arzón. No era necesario usar los tirantes. Podian haber usado la cuerda que tiró al rio.

CineCine dijo...

Muy buena observación Cesar. Al fin y al cabo, el cine es cine.

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