John McClane tiene una sencilla misión: escoltar a un hacker. Lógicamente, tratándose de McClane las cosas se complican bastante. Salvo un breve detalle sensual al comienzo de la película y una irreverencia, el resto es una entretenidísima sucesión de peleas y persecuciones sin más objetivo que el divertir al espectador. En un mundo donde los piratas informáticos provocan el caos en el tráfico, transportes, bolsa, economía y comunicaciones, Bruce Willis vuelve a poner en marcha su músculo antológico y su lengua afilada. Un entretenimiento bien realizado, con cierto aire a la serie 24. TELEVIDEO familiar.
Increíble, sí, pero si uno prescinde de que lo que le están contando es absolutamente inverosímil queda una película de acción espectacular, bastante entretenida (aunque como suele ser habitual no hubiera sufrido con un tijeretazo de 20 minutos), y con una intriga razonablemente conseguida. Más escaso resulta el dibujo del personaje de McClane, que sin duda ha perdido fuerza y se ha convertido en un héroe más escéptico, a pesar de que en la trama vuelve a aparecer el perfil familiar del policía. Con todo hay momentos logrados. Fila Siete.
Pero los efectos especiales y las coreografías no bastan. Hay además un guión inteligente de Mark Bomback, que toma como punto de partida un artículo periodístico de John Carlin, "A Farewell to Arms" (adiós a las armas), sobre la dependencia excesiva de la tecnología en la sociedad intelectual. La trama especula sobre qué ocurriría si, con piratas informáticos, se pudieran colapsar los equipos que regulan la circulación, el suministro energético, las finanzas, la seguridad nacional. Y el telón de fondo de los miedos post 11-S refuerza el planteamiento. Además presenta a un villano de envergadura. DeCine21.
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