4 de diciembre de 2010

La guerra civil europea (1914-1945). José Luis Comellas. RIALP

Así se titula el libro recién publicado del profesor Comellas. Hace un año, hablábamos en este mismo blog de otro de sus trabajos, Páginas de la Historia, y recordábamos su trayectoria. José luis Comellas García-Llerá es catedrático y Profesor Emérito de la Universidad de Sevilla. A lo largo de su vida universitaria, ha formado a varios catedráticos y a numerosos profesores de universidad y de bachillerato. Sus alumnos y sus lectores se cuentan por miles.

Sus estudios en Historia Moderna y Contemporánea son imprescindibles. Entre los astrónomos, goza también de un gran prestigio; ha escrito decenas de libros sobre este tema; por ejemplo, su conocidísima Guía del Firmamento. Relacionando temas científicos e históricos, podemos citar libros inolvidables como Historia sencilla de la ciencia, El cielo de Colón, El tiempo en Sevilla o El éxito del error: los viajes de Colón. Para los aficionados y estudiosos de la Música son libros de cabecera: Nueva Historia de la Música, Historia sencilla de la Música o la biografía de Bethoveen.

Debemos dejar de recordar otros libros de José Luis Comellas -por más que nos gustaría traerlos a colación- y comentar esta última obra. El autor comienza justificando su libro porque hay unos 60.000 títulos sobre la I Guerra Mundial y más de 250.000 sobre la segunda. ¿Qué más se puede decir sobre estos temas? La respuesta a esta pregunta es afirmativa y por eso tenemos este libro en nuestras manos. Si bien se conocen la mayoría de los hechos, faltan explicaciones sobre lo que ocurre y de sus posibles causas. Por otra parte, es importante el enfoque de Guerra Civil, el porqué se aplica el calificativo de europea y cómo se trata de dos conflictos unidos.

Efectivamente, el mundo –dominado por Europa en el último cuarto del siglo XIX- parecía que había encontrado el camino adecuado. El positivismo y el realismo lograban esperanzadores éxitos en infinidad de campos: la medicina, los inventos tecnológicos, las comunicaciones, el urbanismo, se descubrían territorios ignotos en África, hasta en los Polos...E, incluso, en la política se vivían avances: se evitaban las guerras, los regímenes parlamentarios, mediante constituciones, reconocían libertades y derechos a todos los hombres. Europa ejercía un gran poder sobre los países atrasados, merced de lo que hemos dado en llamar Colonialismo e Imperialismo; numerosos pueblos iban civilizándose, abandonando sus guerras tribales y sus costumbres anacrónicas, en ocasiones inhumanas. La enseñanza que gozaban los niños europeos se trataba de llevar a los de los países colonizados. Las economías de todos los países estrechaban sus lazos: los capitales se prestan, se entrecruzan y se colabora a gran escala: el dinero vienés sirve para construir los ferrocarriles argentinos, los grandes bancos abren oficinas en todas las capitales importantes. Las naciones se ponen de acuerdo para tener sistemas de medidas, usos horarios o comunicación postal o telegráfica en común. Es el momento en el que se logran acuerdos para mantener la paz, para organizar olimpiadas, para reconocer los derechos de autor o para crear la Cruz Roja...Hasta los reyes son primos y parientes: todos parecen entenderse bien y cada vez mejor.

Esta belle époque educada, amable, optimista y próspera no presagiaba las catástrofes de la I y II Guerras Mundiales. ¿Qué pudo arruinar todo lo razonable que se había conseguido? Daba la impresión de que el hombre podía vivir en paz, aunque fuera en una Paz Armada. El arte fue el primer escenario donde se desmoronaron estas perspectivas. Hasta la música dejó de sonar bien. La literatura también acusó una falta de armonía. La física quántica terminó de confirmar que muchas certezas no cuadraban. La razón no daba crédito a las grietas que observaba en el edificio positivista. Y, en algunos casos, hasta se perdió la razón y apareció la locura o el absurdo. Pero, ¿toda esta construcción europea tenía que terminar hundiéndose, necesariamente, en una guerra? ¿Por qué sucedió de esta manera? ¿Cómo pasó esto? ¿Qué veneno se introdujo en las raíces de Europa para que sus naciones dieran como fruto una guerra tan terrible? Les animo a que lean este libro ameno y profundo. Sin duda, disfrutarán con la claridad de sus tesis, con la amplitud de sus hipótesis y con las más que sugerentes conjeturas que expone.

Pedro Seco Varón

3 comentarios :

Anónimo dijo...

HE LEÍDO EL LIBRO. EFECTIVAMETE, ES DE GRAN UTILIDAD. POR EJEMPLO, EL CAPÍTULO FINAL EN EL QUE HABLA DE LA CONSTRUCCIÓN DE LA UNIÓN EUROPEA ES ESPERANZADOR Y A LA VEZ PREOCUPANTE, AL HABERSE PRODUCIDO UN ALEJAMIENTO DEL PENSAMIENTO DE LOS FUNDADORES DE ESTE PROYECTO. ES CIERTO QUE LAS SUGERENCIAS SON MUY INTERESANTES.

Anónimo dijo...

A mí me pareció memorable la descripción de cómo se transformaron los países del este de Europa después de la II GM.

Anónimo dijo...

Terminé de leer el libro hace unos días.Ciertamente, es una obra maestra. Este autor siempre ha sido un maestro, pero los libros que está publicando últimamente son una síntesis y una interpretación de la historia de gran valor.

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