La trilogía Suzanne Collins da para lo que da. El año pasado la leí a 700 por hora -no porque me apasionara sino porque la calidad del texto en primera persona es apañada pero poco más- y concluí: mucho peor que Potter, mucho mejor que Crepúsculo, un relato distópico de viaje de héroe en mundo cruel que bebe de los mitos grecolatinos y los actualiza con referentes de la cultura popular audiovisual del mundo cultural gominólico de muchos de nuestros adolescentes. Pensé, a libros leídos y primera película vista, que se trataba de un producto para consumo mayoritariamente femenino, hábil y digno, aunque no especialmente brillante, con muchas páginas de relleno. Enganchará también -me dije- a veinteañeros con miedo a la gran literatura y devoción por las heroínas resueltas y guerreras... Lo sorprendente es que funcione... Fila Siete
El riesgo obvio de repetir el esquema de la primera película era una losa a tener en cuenta. Francis Lawrence
sale del atolladero con nota y logra mejorar incluso a su predecesora.
Utiliza dos recursos para conseguirlo. La primera parte se convierte en una metáfora política con una lectura fácilmente extrapolable al mundo actual, una crítica al control del estado por encima del individuo.
El segundo elemento es más interesante: profundizar en la psicología de Katniss Everdeen y lo que su personaje significa. Muy bien todo el reparto, especialmente Jennifer Lawrence, la protagonista, pero también Philip Seymour Hoffman, un actor versátil capaz de ponerle rostro a la ambigüedad.
Entretenida, sugerente, provocativa y muy apropiada para público adolescente. TVF
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