La crisis económica obliga al sindicato de trabajadores de un astillero del puerto de Marsella a despedir a un grupo para evitar el cierre. En el sorteo son elegidos un representante del sindicato y un joven trabajador. Después de una breve incursión en el cine histórico el veterano realizador francés ha vuelto a Marsella (epicentro de casi todas sus películas) y a su retrato costumbrista y social. La cinta consiguió la Espiga de Oro en la pasada edición de la Seminci de Valladolid, una larga ovación del público y el aplauso de la crítica: las tres cosas merecidas. Una conmovedora oda a la solidaridad humana. Fila Siete. (4/5)
Premio Lux de cine del Parlamento Europeo, “Las nieves del Kilimanjaro” confirma la alta calidad de Robert Guédiguian, ya mostrada en películas como “Marius y Jeanette” o “Mi padre es ingeniero”. En esta deliciosa fábula tragicómica, se inspira en el poema “La gente pobre”, de Víctor Hugo; en el “Discurso a la juventud” (Albi, 1903), de Jean Jaurès, y en la popular canción de Pascal Danel. Y, a partir de ellos, exalta de nuevo la familia, la amistad, el compromiso social y la reconciliación frente a la creciente falta de conciencia e ideales de la sociedad actual. Todo ello, magníficamente interpretado. J. J. M. (Pantalla Grande). (8,5/10)
Guédiguian acierta al retratar las consecuencias de la crisis económica. Como es habitual, filma en su Marsella natal, y le da los dos personajes principales a sus dos actores habituales, Jean-Pierre Darroussin y Ariane Ascaride, esposa del realizador. Sin embargo, la película no suena a ya vista, sino que tiene cierta frescura, y mezcla muy bien comedia y drama. Aunque tiene tono de fábula, resulta lo suficientemente realista, y confronta diferentes actitudes ante los problemas. Además, todas las piezas confluyen en un desenlace emotivo, que apuesta por la reconciliación, la comprensión y la confianza en el futuro. DeCine21. (6/10)
Guédiguian acierta al retratar las consecuencias de la crisis económica. Como es habitual, filma en su Marsella natal, y le da los dos personajes principales a sus dos actores habituales, Jean-Pierre Darroussin y Ariane Ascaride, esposa del realizador. Sin embargo, la película no suena a ya vista, sino que tiene cierta frescura, y mezcla muy bien comedia y drama. Aunque tiene tono de fábula, resulta lo suficientemente realista, y confronta diferentes actitudes ante los problemas. Además, todas las piezas confluyen en un desenlace emotivo, que apuesta por la reconciliación, la comprensión y la confianza en el futuro. DeCine21. (6/10)
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