Win Win se centra en Mike Flaherty (Giamatti), un abogado sin demasiada suerte en su trabajo, cuyo tiempo libre lo dedica a entrenar a los muchachos de una escuela de lucha libre. Todo cambiará cuando asuma la tutela de un viejo cliente con la esperanza de mantenerse a flote y sacar de apuros a su familia. Cuando el nieto adolescente de su cliente, toda una promesa deportiva, escapa de casa y toca el timbre de su abuelo, la vida de Mike dará un giro completo, ya que su apuesta ganadora se antojará mucho más compleja de lo que esperaba. Win Win destaca por su humor, ternura, realismo y desbordante humanidad. CINEMANET.
Sobresaliente película. McCarthy vuelve a dar en el centro de la diana con Win win, una película muy difícil, que puede parecer fácil pero que de fácil no tiene nada. Aunque discurra con una pasmosa facilidad desde el magistral plano de apertura. Les podría decir de qué va Win win, pero no. ¿Para qué? Es tan hermoso encontrarse a ciegas con las historias de McCarthy y dejar que los atribulados Patricia Clarkson, Richard Jenkins o Paul Giamatti te lleven de la mano dejándote vivir su vida con ellos, durante hora y media, con un sentido del humor estupendo y una emoción que nunca es sensiblera. Fila Siete.
McCarthy se consolida como una de las voces más sugestivas del cine independiente “made in USA” con “Win Win (Ganamos todos)”, deliciosa tragicomedia en la que vuelve a exaltar la unidad familiar y el cariño en las relaciones conyugales, paternofiliares y de amistad, como principal recurso frente a la crisis económica y a la deshumanización del individualismo materialista. Incluso, esta vez elogia la religiosidad de la familia protagonista —que acude los domingos a la iglesia— como uno de los cimientos de su solidez moral. Logra que todas esas reflexiones conmuevan al espectador gracias a un guión sensacional, en el que el drama, la comedia y la épica deportiva se entrelazan en sorprendente equilibrio... JJ Martín, Cope.
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