Siglo XVI. El jesuita Felipe Neri llega a Roma con la intención de conseguir una ansiada plaza de misionero para viajar a evangelizar las Indias. Mientras espera su permiso, topa con un grupo de niños huérfanos que se dedican a mendigar y robar en las calles de la ciudad italiana. El humilde sacerdote, que no duda un instante en ayudar a los pequeños, descubrirá entonces dónde se encuentra su verdadera vocación. Cine religioso pero muy terrenal que desprende amor y buenas intenciones por los cuatro costados, y que, pese a sus inevitables tics televisivos, deja un muy buen sabor de boca. TacOnline. (3/5)
Este biopic sobre la vida de San Felipe Neri se emitió por la RAI y la vieron en su estreno televisivo casi siete millones de espectadores en Italia, con un “share” del 25,6%. Está construida como un gran largometraje en el que las tramas se van enlazando sin solución de continuidad. Por eso, la versión cinematográfica que ahora se estrena, aunque supone un remontaje en aras de una mayor brevedad, no afecta ni a la comprensión de la historia, ni a la dosificación de la emoción y la intriga. No es la primera vez que un proyecto se concibe para cine y televisión, con dos duraciones diversas. J.O. (Pantalla Grande). (8/10)
El guión capta bien la esencia del protagonista, un hombre optimista, que insistía en que se sirviera a Dios con alegría, y también ingenioso, capaz de hilvanar respuestas rápidas, como en la conocida anécdota de donde sale el título, cuando el Papa le ofreció convertirle en cardenal, y él le replicó "prefiero el paraíso". O cuando le pedía a los niños "Sed buenos... si podéis" –no en vano ha quedado como patrón de los educadores y de los humoristas–. Su tono amable, tan positivo como el personaje retratado, va contracorriente en relación con lo que es habitual en las producciones modernas. DeCine21. (3/5)
El guión capta bien la esencia del protagonista, un hombre optimista, que insistía en que se sirviera a Dios con alegría, y también ingenioso, capaz de hilvanar respuestas rápidas, como en la conocida anécdota de donde sale el título, cuando el Papa le ofreció convertirle en cardenal, y él le replicó "prefiero el paraíso". O cuando le pedía a los niños "Sed buenos... si podéis" –no en vano ha quedado como patrón de los educadores y de los humoristas–. Su tono amable, tan positivo como el personaje retratado, va contracorriente en relación con lo que es habitual en las producciones modernas. DeCine21. (3/5)
0 comentarios :
Publicar un comentario