3 de noviembre de 2009

ROCKY BALBOA

Sylvester Stallone

DRAMA DEPORTIVO


Entrañable, emotiva y emocionante película sobre segundas oportunidades, sobre la riqueza y posibilidades de la madurez.

Hace treinta años era un hombre sin futuro, trabajando para un tiburón de poca monta en el lado sur de Filadelfia. Cuando una suerte inesperada le dio la posibilidad de saltar al ring para batirse con el campeón reinante, Apollo Creed, fue la oportunidad de su vida que no quiso dejar pasar. Su valor y su perseverancia, tanto en la vida como en el cuadrilátero, le hicieron superar el desafío y sembrar esperanza en multitud de corazones.

Ahora la gloria ha pasado y Rocky Balboa, el que una vez fuera el Potro italiano, pasa sus tardes contando historias a los clientes de su restaurante, Adrians, llamado así en memoria de su mujer. Su hijo, no quiere perder el tiempo con él; está demasiado ocupado en tratar de vivir su propia vida. Los años y los golpes han hecho humilde a Rocky, han deformado sus puños, han encorvado sus hombros y se han llevado todo lo que le quedaba, excepto sus viejas batallas.

Añora a su esposa, fallecida de cáncer, y aquellos tiempos de gloria y cuadriláteros; hasta el punto de plantearse volver a pelear por puro divertimento en combates de segunda. Sin embargo, cuando en un programa de televisión enfrentan en combate virtual a Rocky y Mason Dixon, actual campeón, con el apoyo de un sofisticado sistema informático, las especulaciones se desatan y el agente de Dixon ve la oportunidad de montar un espectáculo único y multimillonario.


A priori, podría parecer que esta película es puro oportunismo, una muestra más de la falta de imaginación y del afán lucrativo de la industria cinematográfica norteamericana. Sin embargo, como ha ocurrido posteriormente con Indiana Jones, la historia tiene su interés, no limitándose a estirar, aún más, las posibilidades comerciales de una saga que parecía ya enterrada hacía mucho tiempo.

Me imagino que Stallone habrá considerado el aspecto comercial del asunto. Nada que objetar; al fin y al cabo vive de ello; pero al menos se ha esforzado en presentar una historia mínimamente humana, que se sigue con agrado, emociona y permite cierto desahogo nostálgico. Parece como si Stallone sintiera la necesidad de reivindicar la madurez, de llamar la atención sobre las posibilidades que ofrecen esos años -entre los 60 y los 70- en que la fuerza física puede estar algo mermada, pero la madurez mental y afectiva ofrece nuevas oportunidades de enriquecimiento personal y de servicio a los demás. No satisface refugiarse en el pasado conformándose con un presente sin metas ni objetivos que ilusionen. Eso es tanto como capar la propia existencia. Cada etapa de la vida puede ser escenario de fecunda alegría de vivir. Basta mirar a nuestro alrededor con cariño, para descubrir corazones ansiosos de esperanza a los que aportar un rayo de luz.

Año de producción: 2006. País: Estados Unidos. Dirección, guión e interpretación: Sylvester Stallone. Público apropiado: jóvenes. Género: Deportivo, Drama. Leer crítica decine21.com

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