Tarantino vuelve a mostrar sus dotes como narrador y su poderío visual y su inmadurez como creador incapaz de evolucionar en una película a la que sobra muchos minutos, especialmente en el tramo final que se hace sencillamente tedioso. Según su praxis habitual, el director y guionista norteamericano se inspira en el cine precedente, en este caso, el spaghetti western, para alumbrar una historia en la que se dan cita todas sus constantes como realizador... Pero Tarantino tiene talento, mucho. Cuando entra en vena (en la primera hora de Django) es un prodigioso narrador que deja al espectador embelesado... Fila Siete. (3,5/5)
El argumento arranca en Texas en 1858, y se centra en un cazarrecompensas, el Dr. King Schultz, que libera a un esclavo negro, Django, para que le ayude a detener a unos forajidos. A cambio, le promete colaboración para encontrar a su mujer, otra esclava negra, Broomhilda, que trabaja en la hacienda del magnate Clavin Candie.
La historia en sí tiene fuerza, ya que muestra a dos hombres capaces del mayor sacrificio en aras uno del amor y otro de la amistad. Pero la seriedad dramática de este planteamiento está tejida con hilos de comedia inteligente. El resultado es un cóctel que obliga al espectador a reírse, a emocionarse, a sufrir... J. O. (Cope). (7/10)
El espectáculo de casi tres horas en que consiste Django desencadenado se pasa en un santiamén, con pasajes surrealistas, su ensalada de violencia, sanguinolenta hasta el paroxismo, sus paradojas de negros negreros y blancos buenas personas, el romanticismo de la chica y esposa nunca olvidada, y los guiños, guiños continuos, en los títulos de crédito, en la banda sonora, en los zooms sesenteros y setenteros, en la violencia seca y cortante. ¿Madurará algún día Quentin Tarantino...? Tal vez, pero decididamente, no hoy, no con Django desencadenado. DeCine21. (8/10)
0 comentarios :
Publicar un comentario