
Tras unos cuantos años en baja forma, el estadounidense Ron Howard ofrece en “Rush” un intenso drama humano y deportivo, asentado en el sólido guión de Peter Morgan. Su radiografía de la peligrosa obsesión por ganar de Hunt y Lauda, y del respeto mutuo que acaba generando, no tiene demasiado calado moral, pero resulta incisiva en la definición de personajes, sustancial en el desarrollo de sus conflictos y chispeante en varias réplicas y contrarréplicas. Por su parte, Howard despliega una brillante puesta en escena hiperrealista. El único defecto grave es su sórdido y explícito tratamiento del sexo, que limita absurdamente su público potencial. J. J. M. (Cope). (6,5/10)
Me parece que el tema de Rush es interesante y atractivo pero el tratamiento es un poco ridículo, en buena medida porque Ron Howard es un director muy limitado, al que la historia le viene grande y no sabe qué hacer para rellenar metraje. Me explico. Hunt y Lauda son -en la película- dos monigotes y sorprende que Peter Morgan, tan diestro otras veces caiga en la caricatura simplificadora. El diseño de producción es bueno, la foto virada del gran Dod Mantle también. La música, simple y bucanera, como casi toda la reciente de Hans Zimmer. El montaje muy mejorable. El casting acertado pero el guión no permite a los solventes actores hacer grandes cosas... Fila Siete. (3/5)
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