5 de marzo de 2011

DESTINO OCULTO (2010). George Nolfi. Thriller. Jóvenes. ***. Estreno.

Destino oculto es un thriller en el que Mat Damon interpreta a un hombre que descubre el futuro que el Destino le tiene reservado y decide enfrentarse a él. Para conseguir cambiarlo, deberá perseguir, por encima y debajo de las calles de Nueva York, a la mujer que ama.

David Norris (Mat Damon) es un ambicioso político a punto de conseguir un asiento en el Senado de Estados Unidos, cuando conoce a la guapa bailarina de danza contemporánea Elise Sellas (Emily Blunt), una mujer totalmente diferente de todas las que había conocido hasta ahora. Pero los agentes del Destino, los hombres del "Adjustment Bureau", están dispuestos a impedir, haciendo uso de su considerable poder, que la relación entre David y Elise se consolide. Parece que lo tiene todo en contra y no le queda más remedio que escojer: dejarla marchar y aceptar el camino predestinado... o arriesgarlo todo y enfrentarse al Destino.

Los amantes del cine político estamos tan ávidos de un género que no suele practicarse que en cuanto nos muestran a un aspirante a gobernador, unos buenos diálogos y unos actores con carisma, nos ilusionamos. Algo que ocurre con la primera media hora de Destino oculto, debut del hasta ahora guionista George Nolfi, escritor de un par de productos de notable estampa política: La sombra de la sospecha y El ultimátum de Bourne. Sin embargo, transcurridos esos primeros minutos, se revela una trama paralela de corte mágico, entre la ciencia ficción ligera y la adulta, que viene a provocar la irresistible sensación de que estamos ante una tontería ¿Tontería? No tanto.  El País.


Basado en el relato “The Adjustment Team”, de Philip K. Dick —cuyas obras han inspirado películas como “Blade Runner” o “Minority Report”—, este primer largometraje como director del guionista George Nolfi no acaba de funcionar por el tono difuso de su guión, a medio camino entre la ciencia-ficción mística —a lo “Matrix”— y un realismo esotérico de bajos vuelos. Se agradece que alguien afronte este tema tan nuclear —el conflicto entre la providencia divina y la libertad humana—, pero aquí torna reiterativa la trama de intriga y enfría la romántica, a pesar de la correcta puesta en escena de Nolfi y de los elogiables esfuerzos de Matt Damon y Emily Blunt. JJ. Martín, Cope.
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