26 de mayo de 2010

ÁNGELES S.A. (2007). Eduard Bosch. Comedia.

¿Por qué no se hacen en España más películas como ésta? No tiene ninguna complicación, no es innovadora, la puesta en escena es convencional, y la historia tampoco es que sea especialmente original. Sin embargo gusta, y mucho. Sabe tocar las fibras sensibles del espectador y proporcionarle un entretenimiento más que digno, donde no faltan el humor y algunos momentos de fuerte carga emotiva. En este sentido nos recuerda a Mía Sarah de Gustavo Ron, otra muestra de que en España es posible un cine diferente, hecho de cara al público y no como ejercicio pseudo intelectual en busca de lucimiento personal.

En Ángeles S.A. Eduard Boch dirige a Pablo Carbonell, Silvia Marsó, María Isabel –la simpática niña de “Antes muerta que sencilla”- y Anabel Alonso, en una comedia de toque celestial, que no tiene nada que envidiar a otros films semejantes procedentes del otro lado del Atlántico.

Carlos (Pablo Carbonell), es asesor creativo en una Editorial. Su trabajo consiste en idear coleccionables con gancho comercial, y es bastante bueno en su profesión. Está casado con Julia (Silvia Marsó), de la que cada día está más enamorado. Tienen un hijo y una hija, Daniel y María Isabel. Es una familia normal y feliz -¡qué extraño! una familia corriente, no desestructurada y sin ningún tipo de tara-. Acaba de proponer a su empresa un nuevo coleccionable basado en figuras de angelitos y no tiene más remedio que viajar a China, donde debe negociar su producción a un coste aceptable. El éxito de la operación dependerá de ello. Pero en la vida, no siempre se cumplen los planes previstos, siempre hay imponderables que no podemos controlar, y el avión en el que viaja Carlos se estrella y éste desaparece.


Pero resulta, que Carlos sigue vivo, sólo que en otra dimensión. Como era buena gente va derecho al cielo, donde es recibido por la Jefa de Comunicación de los Ángeles (Anabel Alonso). Allí debe hacerse cargo de su nueva situación, cosa que no le resulta fácil. Especialmente, cuando constata que su familia ha perdido el brillo y la alegría, sobre todo su pequeña María Isabel. Una niña con grandes dotes para cantar y bailar, y que parece haber perdido el gusto por todo. Su vida transcurre lánguidamente. Por su parte, Julia, intenta rehacer su vida amorosa con un ex compañero de Carlos, que no le caía precisamente bien. Sin embargo, lo que no puede consentir es que por un fallo organizativo de la corte celestial, su hija esté sin ángel de la guarda. Eso es intolerable, así que tras arduas negociaciones con la jefa, consigue que se le permita hacer transitoriamente de ángel de María Isabel introduciéndose en el cuerpo del profesor de música de la niña. Tendrá que hacer verdaderos esfuerzos para dominar sus deseos de interferir en la vida de los suyos. Es tanto el amor que siente por ellos, que no puede verlos sufrir. Sin embargo, antes de "bajar", se comprometió firmemente a respetar la libertad de los vivos y no alterar los acontecimientos.

Todo esto dará lugar a situaciones bastante cómicas y tampoco faltarán momentos cargados de emotividad, bastante apropiados para los espectadores de lágrima fácil.

Pablo Carbonell y Anabel Alonso están muy bien en sus papeles y María Isabel destaca en las escenas musicales, que es lo suyo. Silvia Marsó, cumple sin más. Por su parte, el director hace bien su trabajo, sin alardes, pero con eficacia.

Por último, mencionar que la historia deja patente la importancia de la unidad familiar y de la figura del padre en  las relaciones paterno-filiales, de la generosidad o del perdón. No es que abunde en estos temas, pero ni falta que hace. La historia es suficientemente sugerente.

En definitiva, Ángeles S.A. es una propuesta de cine familiar sin pretensiones y que cumple sobradamente con su misión de hacer pasar un rato agradable a quien no busque más.

Ficha completa de la película en decine21.com.

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