Henry Hathway
Western
Por fín llegó su hora. Con este Western dirigido en 1969 por Henry Hathaway, el inolvidable John Wayne obtuvo el único Oscar de su ejemplar carrera cinematográfica. Hollywood tiene esas cosas. Menos mal que rectificaron a tiempo pues, en caso contrario, ¡vaya papelón! el de la Academia. Un poco más y quedan en evidencia para siempre.
Probablemente, John Wayne y sus personajes, sea una de las figuras que más hayan contribuido al esplendor de la meca del cine. ¿Se imaginan la historia del celuloide sin sus películas?. No exagero. Títulos como La diligencia (1939), Hombres intrépidos (1940), Piratas del mar Caribe (1942), Fort Apache (1948), Los tres padrinos (1948), Río Rojo (1948), El hombre tranquilo (1952), Centauros del desierto (1956), ...Valor de ley (1969), y muchos otros, suponen un currículum profesional inigualable, a la altura de muy pocos.
Sus películas, todavía hoy, se ven con agrado y en ellas aparecen temas de fondo que no han perdido actualidad. Cuestiones como el valor, la solidaridad, la camaradería, la audacia, el honor, el afán de justicia, la redención, la amistad, el perdón, la generosidad, el amor...., la virilidad, sí, por qué no, también la virilidad, están presentes en muchas de ellas. Hay personajes de carne y hueso, de gran riqueza humana, y una nobleza de fondo difícil de encontrar con habitualidad en el repertorio de otras estrellas. Quizás por eso seguimos hablando y escribiendo de él, ochenta años después de que debutara como extra en El caballero del amor (1926), dirigida por King Vidor. ¿Se imaginan cuántos recordarán, dentro de unos pocos años, a muchos mitos de hoy día? El tiempo acaba poniendo a cada uno en su sitio y el márketing tiene fuerza, pero no tanta como para mantener indefinidamente en candelero el mero artificio sin sustancia.
Valor de ley está basada en una novela de Charles Portis y en ella vemos cómo una adolescente decide emprender la búsqueda del asesino de su padre. Para ello requiere los servicios de Rooster Cogburn (John Wayne), un veterano agente federal, duro, solitario, muy bueno en su oficio, pero bebedor y de gatillo fácil, ardiente defensor de una justicia expeditiva; quien la hace la paga, sin contemplaciones y sin retóricas legales. La chica, Mattie Ross, es lista, testaruda, madura para su edad y bastante audaz. No se conforma con la pasividad de las autoridades y decide tomar las riendas. El escollo, convencer a Cogburn, lo salvará con pillería empleando el incentivo adecuado: unos pocos dólares; los necesarios, ni más ni menos.
Resulta ejemplar la forma en que la chica, a pesar de su corta edad, afronta el dolor y las dificultades. No se arredra ni se refugia en victimismos inútiles. Acepta la realidad tal y como viene, aunque se presente de forma cruel e inesperada, asumiendo el protagonismo de su propia vida con perseverancia y optimismo. ¡Hay que espabilarse! Es mucho lo que podemos hacer, no podemos conformarnos con ir a remolque de los acontecimientos, debemos coger con decisión y fortaleza el timón de nuestra vida y ayudar a los nuestros a encontrar su camino. Especialmente a los más jóvenes.
El trío protagonista se completa con un joven ranger que busca desde hace meses al mismo sujeto que atentó contra la vida del padre de Mattie, en este caso por haber asesinado a un senador de Texas. Tres personas en busca de justicia, pero con motivaciones muy diferentes: dinero, venganza o gloria. Aspecto éste bastante interesante, y es que, no siempre, el afán de justicia esconde el noble deseo de dar a cada uno lo suyo. Toda persona merece, sea cual sea su condición, ser tratada con un mínimo de respeto y consideración, empezando por su propia vida, don precioso cuya pérdida es irreparable. En este sentido, debemos reconocer el avance que ha supuesto el moderno Estado de Derecho, aunque sigan persistiendo lacras siniestras en los países que más presumen de civilizados.
A pesar de la dureza de fondo la película es agradable de ver. Hay aventura, humor y emoción, no recreándose en los aspectos más desagradables. El reparto es buenísimo. Al ya mencionado John Wayne, se suman Glen Campbell, Kim Darby, Jeremy Slate, Robert Duvall, Dennis Hopper, Alfred Ryder y Strother Martin. Está rodada en grandiosos parajes y la música de Elmer Berstein, sencillamente preciosa, como muestra el siguiente clip.
A continuación, unos valiosos comentarios de César Vidal sobre Valor de Ley en Camino hacia la cultura.
Año: 1969. Director: Henry Hathaway. País: Estados Unidos. Principales intérpretes: John Wayne, Glen Campbell, Kim Darby, Robert Duvall, Dennis Hopper y Strother Martin. Género: Western. Público: Jóvenes. Música: Elmer Bernstein. Más información en decine21.com
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