En 1815, un preso recibe su libertad condicional, tras 19 años de trabajos forzados por haber robado un trozo de pan para su sobrino hambriento. Jean Valjean empieza, así, a vagar por pueblos y aldeas donde no recibe ni sustento ni trabajo debido a su condición de exconvicto. Un suceso, protagonizado por un obispo que le acogerá en su casa, le revelará el poder redentor del perdón y el amor por los semejantes. Comenzará entonces una nueva vida, marcada por la sombra del oficial Javert, su superior en la cárcel de Toulon-Digne. TacOnline. (3/5)
Conste que fui muy bien dispuesto al pase de prensa: me gustaron los clips promocionales y el making es muy inteligente y cautivador. No sé si sería la sala donde la he visto pero el sonido no era bueno: frontal, para nada envolvente. Me parece que en cine, el avance tecnológico más trascendente en las últimas décadas es el registro, la edición y la reproducción del sonido. El sonido de Los miserables no es miserable pero sí pobre. Hay momentos en que la música debe ser vibrante, abrumadora… y no lo es... Es muy difícil que un musical o una ópera concebidos para ser representados en directo funcionen en el cine. Los miserables funciona regular, aunque el experimento de Hooper sea audaz y meritorio. Fila Siete. (3/5)
Los temas de Los miserables, el musical, son, por supuesto, los bien conocidos para todo aquel familiarizado con la obra de Hugo. Es decir, la confianza en Dios en situaciones extremas, el mantenimiento de la esperanza y la necesidad de dar gratis el amor a los demás. También el realismo de no negar la existencia de la miseria y de aprovechados que sacan partido exprimiendo a los más débiles o simplemente a los incautos, la disposición a dar la vida por ideales que merecen la pena, la lucha por la libertad. O la importancia de tener corazón frente a la tentación de atarse a frías normas y reglamentaciones... DeCine21. (8/10)
Los temas de Los miserables, el musical, son, por supuesto, los bien conocidos para todo aquel familiarizado con la obra de Hugo. Es decir, la confianza en Dios en situaciones extremas, el mantenimiento de la esperanza y la necesidad de dar gratis el amor a los demás. También el realismo de no negar la existencia de la miseria y de aprovechados que sacan partido exprimiendo a los más débiles o simplemente a los incautos, la disposición a dar la vida por ideales que merecen la pena, la lucha por la libertad. O la importancia de tener corazón frente a la tentación de atarse a frías normas y reglamentaciones... DeCine21. (8/10)
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