Excelente iniciativa la del reestreno en salas comerciales de una copia restaurada cuando se cumple su 25 aniversario.
En 1870, las dos hijas de un fallecido y estricto pastor calvinista de un pequeño pueblo costero de Dinamarca reciben a una cocinera francesa, que ha escapado de la revolución.
Ganadora del Oscar a la mejor película en lengua no inglesa, esta cinta del ya nonagenario director danés Gabriel Axel es una exquisita adaptación de un cuento de la también danesa Isak Dinesen, seudónimo de la baronesa Karen Blixen, a la que encarnó magistralmente Meryl Streep en Memorias de África. La película es una bella y sensible parábola sobre el cristianismo y la fuerza del amor manifestada en algo tan sensible como la comida... Fila Siete. (8,5/10)
La narración de El festín de Babette, más profunda de lo que parece a simple vista, contrapone dos modos opuestos de encarar la existencia, aun dentro de la buena voluntad de ambas: la visión católica y la protestante. Se trata de un verdadero canto a la "joie de vivre", y a la realidad de que el ser humano está compuesto de cuerpo y alma, y ambos pueden gozar de las cosas buenas de la Tierra. Cuestiones como la comprensión, la apertura de mente, el amor y el perdón están bien presentes, y vienen facilitadas por algo en aparente tan prosaico como una buena comida. DeCine21. (9/10)
La sorpresa que nos depara el banquete es que se trata de una parábola, en la mejor tradición evangélica, sobre la Gracia. En una comunidad esclerotizada por una piedad rígida y una ética del cumplimiento. Babette, la francesa extranjera, es una visitación crística. Que simbólicamente se expresa en el crucifijo que lleva colgado y que se despliega en la sobreabundancia en unos manjares que deleitando al cuerpo acaban por afectar al espíritu, permitiendo la comunicación significativa y profundamente humana entre el alma encarnada y el cuerpo animado... Pantalla 90.
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