Libro incatalogable, en el que su autora mezcla todo tipo de géneros para darnos su particular visión de occidente, hoy y ahora. Es ameno, fácil de leer y muy variado. Su visión políticamente incorrecta de los acontecimientos de la antigua Yugoslavia, de la inmigración, del turismo de masas, de Amsterdam, de la literatura y de muchos otros temas de rabiosa actualidad, es muy refrescante. Se agradece que un escritor, escritora en este caso, se atreva a desafiar convenciones y muestre la arrogancia de pensar por sí misma. Su punto de vista, en muchos temas, se aleja de los lugares comunes que casi nadie discute y presenta una perspectiva ciertamente enriquecedora. Es una lástima, sin embargo, que en algunas cuestiones -religión o aborto, por ejemplo-, muestre una simpleza que raya en lo ridículo. Aquí se pliega a rancios convencionalismos y no se molesta lo más mínimo en reflexionar con la audacia y valentía que muestra en otros asuntos.
Contraportada
No hay nadie en casa es un seductor híbrido de géneros, compuesto de artículos, de viñetas y ensayos, de relatos de lo vivido y de lo pensado, un vasto paseo por literaturas, vidas, ciudades e ideologías. Agudo, inteligente, conmovedor en ocasiones, se lee con la rapidez y la avidez de las grandes novelas. Todo un mundo, familiar y extraño a la vez, se despliega en este libro pleno de iluminaciones reveladoras, de perspectivas únicas sobre la literatura, la geopolítica, el Este y el Oeste. Porque Ugresic es una escritora que no se pone límites ni se fija coordenadas; que explora todo el espectro y maneras de nuestro existir, desde la vida en el exilio a la vida en prisión, desde las hordas de turistas con sus mochilas y sus botellas de agua mineral hasta los festivales de Eurovisión y los premios literarios, desde la fama a la esclavitud, y que tiene un ojo más que clínico para las contradicciones, las paradojas, las falsas verdades, las realidades curiosas. Un ojo clínico -y crítico- que nunca falla al descubrir lo que ocultan los usos comerciales y las costumbres, lo trágico, lo insólito, lo cómico de la cotidianeidad. Anagrama.
Dubravka Ugresic
Nació en 1949 en Zagreb (Croacia) y se exilió en 1993 por motivos políticos. Actualmente reside en Holanda. Ha obtenido numerosos premios por sus ensayos y novelas, como el Prix Européen de L'Essai Charles Veillon en 1996, el Heinrich Mann en 2000 o el Premio Feronio en 2004. Anagrama.
No hay nadie en casa. Dubravka Ugresic. Anagrama (2009). Traducción del croata de Luisa Fernanda Garrido Ramos y Tihomir Pistelek. 363 páginas
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