21 de agosto de 2010

ADIÓS CHARLIE (Goodbye Charlie). 1964. Vicente Minnelli. Comedia

Después de 14 películas bastante serias, con el único desahogo de Como Dios, en las que buceábamos en las posibilidades educativas del cine, desentrañando las actitudes de los personajes, se imponía un respiro. Así nos dispusimos a pasar un rato divertido y relajado con una comedia sesentera sin mayores pretensiones. Nunca había oído hablar de Goodbye Charlie, aunque su ficha técnica, con algunos nombres conocidos, parecía prometedora.

Como director nos topamos con Vicente Minnelli -Melodías de Broadway (1953), Mi desconfiada esposa (1957) o Un americano en París (1951), son una buena tarjeta de presentación-, y en cuanto al reparto, contamos con Tony Curtis –no sé si es buen actor, pero desde luego bastante conocido y habitual en las comedias de aquella época-, Debbie Reynolds –inolvidable papel en Cantando bajo la lluvia (1952)- y el grande en todos los sentidos Walter Matthau. Si a esto añadimos el guionista de Testigo de Cargo (1957), los ingredientes parecen garantizar nuestro propósito. Y lo cierto es que la película, sin ser ninguna maravilla, no defrauda en absoluto. Tiene momentos bastante divertidos, una puesta en escena casi teatral pero llena de agilidad, y una Debbie Reynolds en estado de gracia; pequeña, simpática y divertida, mantiene el tono en todo momento y contagia a la película de una gran vitalidad.

La acción comienza en el yate de recreo del productor Sir Leopold Sartori (W. Matthau). Allí se celebra una fiesta con personajes típicos de la jet; gente desocupada y vacía, que beben y bailan en poses ridículamente trascendentes. Una mujer abandona el salón y baja a los camarotes. Un hombre la sigue. Se encuentran y desaparecen tras una puerta. La cámara vuelve a la fiesta. Allí, en una mesa, un grupo de hombres juega al póker. Uno de ellos es Sir Lepold, que parece presentir algo y se levanta. Una vez abajo, coge una pistola, derriba la puerta que momentos antes vimos cerrarse, sorprende a su mujer o amiga, no sabemos, en una situación comprometida y la emprende a tiros con el acompañante. Este intenta huir por la ventana del camarote, pero es demasiado tarde; una bala lo alcanza y cae al oscuro y frío océano.

La víctima se llamaba Charlie Sorel, joven y mujeriego escritor de Hollywood, cuyo comportamiento y falta de escrúpulos con el sexo débil no le había granjeado precisamente muchos amigos. Tan sólo parece serle fiel George (Tony Curtis), quien se traslada desde Biarritz a California para asistir a su entierro. La sala preparada para el funeral, en la propia casa del difunto, presenta un aspecto patético. Cuatro personas: su representante, dos amigas y el propio George, a quien el fallecido ha nombrado albacea testamentario. Eso es todo. Se muere como se vive, y quien ha malgastado su vida alrededor de sí mismo, suele estar bastante solo a la hora de partir de este mundo.

El pobre George, que tampoco es ningún santo, no sabe lo que le espera. Cuando se queda solo tras la formalidad de la ceremonia, y se dispone a descansar del largo viaje, antes de enfrentarse a los asuntos que Charlie ha dejado pendientes –hipotecas, deudas con hacienda…-, llaman a la puerta y aparece un hombre acompañando de una joven rubia un tanto extraña. Y aquí empieza el lío…

El ambiente general de la historia es ciertamente amoral, con personajes que viven permanentemente en el engaño. Podríamos decir que hacen de la mentira un estilo de vida. La palabra o la fidelidad son papel mojado; no tienen cabida en ese mundo hedonista donde no hay otra meta que el éxito y el dinero. No obstante, en medio de todo ello, todavía hay quien procura ser leal y siente la natural repugnancia hacia la mentira y la doblez.

En resumidas cuentas, si tienen ocasión de verla pasarán un buen rato, pero tampoco se trata de ir buscándola por ahí.

Para terminar, mencionar que por su temática no es adecuada para todos los públicos, y que en filmaffinity la califican con un 6,5 sobre 10. Estamos de acuerdo.

Ficha técnica en Filmaffinity.

1 comentarios :

Anónimo dijo...

verdaderamente esta película adiós Charlie es UNA PORQUERIA es aburrida no tiene la mas minima comicidad y los que opinan no se atreven a decir que no vale nada no sea que los traten de no saber nada de cine,

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