8 de septiembre de 2010

REGRESO AL INFIERNO (2006). Irwin Winkler. Drama.***

Parece que la guerra de Irak, como anteriormente otros conflictos, está dando lugar a un nuevo género cinematográfico. Además, películas como la triunfadora En tierra hostil, o la última de Paul Greengrass, Green Zone. Distrito protegido, están contribuyendo a darle cierto prestigio al tema.

Regreso al infierno, dirigida por Irwin Winkler -mejor productor que director- y cuyo reparto está encabezado por Samuel L. Jackson, no está a la altura de las arriba mencionadas, pero es un buen entretenimiento e intenta ir más allá del puro espectáculo pirotécnico.

La acción comienza en una base estadounidense en Irak. La tropa está de enhorabuena, pues acaban de comunicarles que en quince días estarán de vuelta en casa. Risas, juegos, chistes y conversaciones más que gruesas –me pregunto si éste es, efectivamente, el lenguaje habitual de los soldados, o es un tópico más creado por la ficción-, ocupan el tiempo de espera. Entre tanto, surge una misión humanitaria: deben repartir medicinas entre la población civil, para la cual tendrán que adentrarse en plena ciudad, con el peligro que ello entraña. Son veinte minutos de película bien rodados, duros, trepidantes, tensos, trágicos… El convoy sufre una emboscada y cuando parte de los vehículos intentan huir, son objeto de un atentado; una bomba oculta en un peluche y accionada por un adolescente desata el drama.


A partir de este momento abandonamos Irak, y la trama se centra en las dificultades que tendrán los supervivientes para reintegrarse en su vida ordinaria. Las durísimas condiciones por las que tuvieron que pasar les han dejado huellas quizá irreversibles. Durante el resto de la película veremos a los tres protagonistas principales de la historia -un médico, una joven profesora de educación física divorciada y un muchacho a quien ni siquiera admiten en su antiguo trabajo-, pasar por momentos críticos que no podrán superar por sí mismos. Después de haber padecido aquel infierno, son incapaces de comprender la insensibilidad que les rodea ¿Cómo es posible que la gente ande preocupada por tales nimiedades? Comparada con la realidad de la guerra, la vida relajada en Estados Unidos parece un sueño irreal e insolidario y asisten perplejos al vacío existencial en que transcurre la vida de muchos compatriotas. Se podría decir que su escala de valores ha sufrido un dramático vuelco.

En tierra hostil retrata adecuadamente el horror de la guerra y sus secuelas, así como el valor de la amistad, la solidaridad, la comprensión y la familia, a la par que critica duramente el individualismo estéril de la vida en occidente. Le sobra la habitual escena sensual que ni viene a cuento, ni aporta nada, ni resulta creíble como terapia.

Ficha completa de la película en decine21.com.

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