15 de agosto de 2010

EL ACEITE DE LA VIDA (1992). George Miller. Drama. Jóvenes. ****

Historia real sobre la cruel y rara enfermedad (ALD) que comienza a desarrollar Lorenzo Odone, un niño de tres años hijo de inmigrantes italianos que viven en Estados Unidos. Se trata de una grave degeneración neurológica para la que no hay tratamiento conocido y que, en poco tiempo, acaba paralizando al enfermo. Los padres, que no se conforman con la situación, comienzan una particular cruzada contra el tiempo y la medicina convencional, lanzándose a una batalla en la que lo más difícil sereá convencer a los escépticos sobre las posibilidades terapéuticas del "aceite" de Lorenzo.

Estupenda película en torno a la lucha de unos padres por encontrar remedio para la enfermedad de su hijo, ante la nula respuesta de la medicina convencional. En esta lucha contrarreloj, el matrimonio Odone, da una lección de amor, unidad, responsabilidad, fortaleza, constancia y optimismo.

Los padres de Lorenzo son un ejemplo de dignidad a la hora de afrontar la enfermedad degenerativa e incurable de su hijo. En primer lugar por su fortaleza. Cuando reciben la terrible noticia se sobreponen al dolor y van en busca de Lorenzo aparentando normalidad; incluso esbozando una sonrisa. Su responsabilidad les lleva a actuar con rapidez en busca de soluciones. Como las respuestas que reciben no son satisfactorias, echan mano de la audacia para abrir nuevos caminos. En este periplo van aparcando cualquier cosa que se oponga o dificulte su objetivo, olvidándose de sí mismos en una entrega total –generosidad-. Una vez en marcha, cuando surgen problemas, no abandonan su propósito –constancia y fortaleza-. Sin embargo, la actitud de Augusto es más equilibrada que la de Michaela. Ésta pierde la paciencia con facilidad y tiene tendencia a descargar la tensión acumulada con quienes se encuentran cerca de ella, faltando a la justicia.

Una actitud diametralmente opuesta es la del matrimonio que preside la fundación de afectados por la ALD. No cabe duda de que quieren a sus hijos y también saben lo que es sufrir. Además, el tiempo que dedican a la institución es muestra de generosidad. Sin embargo, hay en su modo de proceder una resignación que conduce a la pasividad y a la falta de esperanza, haciéndonos dudar de su rectitud de intención. El modo en que se niegan a difundir los hallazgos de los Odone, hace sospechar de que en su negativa a prolongar la vida de los enfermos buscan no alargar sus propios sufrimientos.

El comportamiento de los distintos personajes que van apareciendo a lo largo de la película permite que apreciemos la importancia de muchos valores. En primer lugar, de la unidad familiar, sin la cual ¡qué difícil es salir adelante! También de la solidaridad de familiares, amigos, vecinos y colegas, que contribuye no poco a sostener a quienes están pasando por un mal momento.

Hay una persona cuyo comportamiento da el tono en todo momento: la hermana de Michaela. Amor y generosidad resumen bastante bien su modo de proceder.


De interés

Aunque El aceite de Lorenzo se estrenó hace casi veinte años, no ha perdido ni un ápice de actualidad. Todavía la ALD sigue siendo una enfermedad incurable y el “aceite”, a pesar de demostrar su valor terapéutico en muchos casos, todavía no está aprobado como terapia. El carácter minoritario de esta enfermedad, pone sobre el tapete el problema de la falta de interés de los grandes laboratorios por aquellas investigaciones difíciles de rentabilizar. Este es el caso, también, de enfermedades muy extendidas en países del tercer mundo. Urge tomar conciencia de ello y buscar soluciones al respecto.

Otro aspecto importante es la necesidad de una medicina más humana. Los avances tecnológicos y terapéuticos son formidables, pero cada vez más, se corre el riesgo de convertirla en una actividad puramente comercial, olvidando la importancia de que el enfermo sea tratado con cariño, respeto y comprensión.

Pensando en la gente joven, pienso que resulta muy atractiva la figura de Augusto estudiando sin cesar. Gracias a su esfuerzo y constancia, logra descubrir mecanismos biológicos trascendentes. El valor del aprendizaje queda perfectamente reflejado. Más temas para el debate: el dolor como nexo de unión, el sentido del dolor, la dignidad del enfermo,… etc.


Responsabilidad

Responsabilidad, etimológicamente hablando, está relacionada con respuesta, responder, dar respuesta a la llamada de otro, responsable. Consiste en la disposición habitual de asumir las consecuencias de los propios actos, de tal modo que los demás queden beneficiados lo más posible o, por lo menos, no perjudicados. Ahora bien, es evidente que la exigencia de responsabilidad será mucho mayor cuando se actúa intencionadamente que en el caso contrario. En este supuesto, no cabría hablar de responsabilidad moral, aunque sí de obligación de reparar. Por otra parte, resulta obvio que todo esto sólo tiene sentido en el marco de actuaciones libremente realizadas.

En El aceite de la vida el matrimonio Odone, Augusto y Michaela, son un claro ejemplo de ejercicio responsable de la libertad. Ante la terrible enfermedad de Lorenzo, se sienten llamados a luchar decididamente por remediar la situación del niño. La enfermedad es muy agresiva y los avances científicos muy pobres, así que deciden hacer todo lo posible por encontrar una solución. A partir de ese momento todo lo demás pasa a un segundo plano, y sus vidas se concentran en dar la respuesta adecuada a las necesidades del niño. Su conciencia les impide quedarse de brazos cruzados, descargando en otros sus obligaciones como padres. Piden ayuda, acuden a quien tiene autoridad –médicos, científicos, laboratorios…-, lo contrario sería irresponsabilidad, y actúan en consecuencia, sin ampararse en sus respuestas para abandonar la lucha. El amor es la razón última de su batalla.

Otra faceta de la responsabilidad es la correspondencia y la gratitud como respuesta a los bienes recibidos. Esta toma de conciencia facilita iniciativas en favor de los demás como un modo de compartir lo propio. Ejemplo de esta gratitud “responsable” los tenemos en la madre de otro niño con ALD, que no sabe cómo pagar a los Odone el aceite para su hijo y les ofrece lo que tiene –frutas y verduras-.

Son vicios opuestos a esta virtud el cargar a otros con lo propio, buscar excusas para evadir responsabilidades, achacar culpas a los demás, o, en el polo opuesto, la actitud escrupulosa y atormentada. Como muestra de lo primero, podríamos citar al matrimonio que dirige la fundación a favor de los afectados por la ALD, que se eximen de cualquier iniciativa propia con la escusa de que para eso están los médicos e investigadores.

Son muchas las virtudes que se ponen de manifiesto en una vida responsable. Además de la ya mencionada gratitud, entre otras, podemos citar la generosidad -la disponibilidad total de la tía de Lorenzo-, la fortaleza –la constancia en la lucha del matrimonio Odone-, la audacia y la constancia –de nuevo el matrimonio Odone buscando formas de atajar la enfermedad-.

Aunque la virtud es personal, son muchos los beneficios sociales que proporciona la responsabilidad. En El aceite de la vida, tenemos al propio “aceite”, que ayudará a otras familias en su dura lucha contra la ALD. El avance de la medicina debe mucho a la actitud responsable de enfermos, familias, médicos e investigadores.

2 comentarios :

Anónimo dijo...

Estupendo análisis, te felicito. Un gran blog.
Mamen

CineCine dijo...

Muchas gracias, Mamen.

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