13 de febrero de 2010

KANAL. Andrzej Wajda. Bélico.


Kanal es una historia bastante dura, que se desarrolla en gran parte bajo el suelo de Varsovia, en las cloacas que recorren la ciudad, de ahí el título. Está dirigida por Andrzej Wajda y se enmarca en una especie de cine para el recuerdo y contra el olvido.

La película se estrenó en 1957, con los acontecimientos que narra todavía próximos. Estamos en plena II Guerra Mundial con Varsovia a punto de caer definitivamente en manos de los nazis. Distintas panorámicas nos ofrecen una visión desolada de la ciudad. Ruinas, gente vagando sin rumbo, sin esperanza, enajenada, perdida... Este es el contexto de nuestra película y sus protagonistas un grupo de resistentes que, asediados por el enemigo decide huir a través de canales subterráneos. En realidad las cloacas por las que discurren los desperdicios de una ciudad aniquilada. La situación allí dentro es tan terrible, que ni los alemanes se atreven a entrar.

La atmófera de la película es opresiva, desgarrada, inhumana, sin esperanza. Desde el primer momento conocemos que el final será trágico, pero a pesar de ello se sigue con interés. De hecho viene bien recordar de vez en cuando adonde pueden conducir las utopías despojadas de trascendencia, con el hombre jugando a ser dios y arquitecto del universo; sin referencias ancladas en el derecho natural, negando la verdad y la capacidad de la razón para alcanzarla. Aunque el terror de la guerra, y más concretamente de la última Gran Guerra ha sido llevado al cine hasta la saciedad, esta cinta tiene la originalidad de darnos una visión poco frecuente: la de la insurgencia polaca que no se resiste a la pérdida de libertad que supone la invasión de Polonia por los alemanes.



Andrzej Wajda está considerado el gran maestro del cine polaco y esta película no sólo es fruto de su talento cinematográfico, también es consecuencia de su experiencia personal, pues él mismo luchó en la resistencia. Si desde el punto de vista formal y testimonial pocos reparos pueden ponerse a Kanal, Premio Especial del Jurado en Cannes 1957, no acaba de convencerme el pesimismo y la falta de esperanza que transpira la historia. Los protagonistas, a pesar de su indudable actitud heróica, dejan traslucir una ciereta amoralidad en sus comportamientos, como si se dijeran comamos y bebamos que mañana moriremos. Probablemente esto sea consecuencia de un planteamiento marxista de la existencia que, por cierto, parece que el director abandonó con posterioridad.

Actualmente podemos disfrutar en los cines de otra estupenda película -quizá una de los mejores estrenos de 2009- de este anciano maestro, Katyn, otro testimonio sobre la masacre polaca en la II Guerra Mundial. Está claro que hay experiencias que marcan para siempre la vida de los hombres.

Año de producción: 1957. País: Polonia. Director: Andrzej Wajda. Público apropiado: adultos. Género: Bélico. Duración: 91 minutos.

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