Tercera entrega de Harry Potter, esta vez dirigida por Alfonso Cuarón (La princesita, Hijos de los hombres). Basada en la novela de J.K. Rowling, Harry Potter y el prisionero de Azkaban, comienza al final del verano, cuando Harry debe regresar a Hogwarts, después de haber pasado las vacaciones en casa de sus tíos, los Dursley. La aventura se inicia cuando, harto de las impertinencias de la tía Marge, le hace un conjuro y la insoportable señora se infla como un globo, elevándose al cielo ante la mirada atónita del resto de la familia. Descontento consigo mismo -ha infringido las reglas que prohiben hacer magia en casa- y con el poco cariño que recibe de sus tíos y primo, huye de casa en plena noche. Vaga desorientado hasta que es capturado por el Autobús Noctámbulo y llevado al pub del Caldero Chorreante, donde el Ministro de la Magia, Cornelius Funge, decide juzgarlo por utilizar la magia fuera del colegio. La única razón por la que Funge no expulsa a Harry es que un peligroso y enigmático mago, Sirius Black, se ha escapado de la Prisión de Azkaban y se cree que está buscando al muchacho para saldar una vieja cuenta. Para complicar las cosas un poco más, Hogwarts está rodeada por los aterradores guardas de Azkaban, los Dementores, que andan tras los pasos Sirius. Estas criaturas espectrales y siniestras absorben las almas de sus presas y, desgraciadamente, Harry parece provocar una irresistible e inexplicable atracción de los guardianes.
El tercer año de Harry en Hogwarts está lleno de nuevos y fascinantes personajes como Buckbeak, una criatura mágica mitad pájaro y mitad caballo llamada Hipogrifo; misteriosos encuentros con el presagio de la muerte conocido como el Grim; e impresionantes aventuras, incluidas las visitas clandestinas al pueblo de magos de Hogsmeade, descifrando secretos ocultos en un encantado Mapa del Merodeador, y un viaje aterrador a la Casa de los Gritos.
Protagonizada por Daniel Radcliffe (Harry Potter), Emma Watson (Hermione Granger), Rupert GrintGary Oldman (Sirius Black) y Michael Gambon (Albus Dumbledore), Harry Potter y el prisionero de Azkaban vuelve a sumergirnos en el mágico mundo del mago más famoso del mundo.
No decepciona esta nueva aventura del aprendiz de mago. Volvemos a encontrar los ingredientes habituales de la saga: imaginación desbordante, fantasía, magia, personajes singulares, criaturas extraordinarias y siniestras, miedo y humor. El diseño de producción está a la deslumbrante altura acostumbrada y el ritmo no decae en ningún momento, manteniendo el interés durante todo el metraje, sin que falten giros inesperados y sorpresas que afiancen la atención. También el reparto, plagado de estrellas, está a la altura de las circunstancias.
Durante este curso Harry tendrá que enfrentarse a un poderoso enemigo que habita dentro de sí mismo: el miedo y la imaginación descontrolada. Tras superar nuveas pruebas, su personalidad irá madurando y preparándose hacia nuevos retos. También sus amigos van experimentando los cambios fruto de la entrada en la adolescencia. Así vemos a Hermione aventajando en madurez a sus condiscípulos y a Ron asistir al despertar de un sentimiento hacie ella que va más allá de la simple amistad. Precisamente, vuelve a ser ésta el gran tema de la película, pues gracias a ella los protagonistas podrán afrontar con éxito nuevos retos. También los buenos maestros juegan un papel fundamental en este sentido, destacando el profesor Lupin.
Año de producción: 2004. Dirección: Alfonso Cuarón. Intérpretes: Daniel Radcliffe, Emma Watson, Rupert Grint, Gary Oldman, Michael Gambon, Emma Thompson, Julie Christie y David Thewlis. Público: Todos-jóvenes. Género: Aventuras, Fantástico. Duración: 141 minutos.
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